Durante su visita a Helsinki el 14 de marzo pasado, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, expresó su disposición a incluir el caso de Skripal en la agenda de la cumbre de la UE que se celebrará los días 22 y 23 de marzo.
El 14 de marzo, el embajador de Rusia ante la UE, Vladímir Chizhov, señaló que en estos momentos no se puede tratar de evaluar la reacción de la Unión Europea al envenenamiento de Skripal, porque no hay reacción oficial.
Explicó que primero se necesita contar con la unidad de opiniones de otros 27 miembros de la UE.
El 4 de marzo, Skripal y su hija Yulia fueron hallados inconscientes en el banco de un centro comercial en la ciudad británica de Salisbury, ambos están siendo tratados por una posible exposición a una sustancia de acción neuroparalizante.
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El 14 de marzo, la primera ministra británica, Theresa May, responsabilizó a Moscú de lo ocurrido en Salisbury y anunció, como represalia, la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países.
Rusia rechazó las acusaciones, por infundadas, y propuso al Reino Unido investigar conjuntamente ese incidente.