"A principios de enero en Odesa ocurrieron varios sucesos alarmantes, relacionados con provocaciones dirigidas contra la diócesis de Odesa, que no pueden no causar nuestra preocupación", declaró el representante de la OSCE Aram Arutiunián, durante un encuentro con los representantes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú en esa ciudad.
Por su parte, el secretario de la diócesis de Odesa, Evgueni Gutiar, citado en el texto, informó a los observadores de otras acciones agresivas realizadas en ese territorio contra los ortodoxos y sus iglesias.
"Fueron realizados actos de vandalismo y ultrajes de los templos, los creyentes fueron amenazados, (…) con gran cinismo y blasfemia fue mancillada la iglesia Pokrovski de la ciudad de Chernomorsk", cita el documento al representante eclesiástico.
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El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, denunció días antes la connivencia que muestran las autoridades de Ucrania "con la usurpación de templos de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica y con la violencia contra su clero y fieles".
Moscú pidió que organismos internacionales como la ONU, la OSCE, el Consejo de Europa o la Unión Europea, condenaran las persecuciones contra la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, agregó Lavrov, al lamentar que por el momento no se haya producido la debida respuesta internacional.
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En Ucrania actualmente funcionan la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica, que aunque tiene independencia administrativa, se supedita al Patriarcado de Moscú, así como las estructuras eclesiásticas no reconocidas por la Iglesia Ortodoxa mundial: el patriarcado de Kiev y la Iglesia Ortodoxa Autocéfala.