"A lo largo de 2017 Netpol ha escuchado testimonios de activistas y ha obtenido pruebas de agentes de policía empujando a la gente contra verjas, dejándoles incluso inconscientes por el golpe, arrastrando violentamente a los mayores por la calzada y empujando a otros contra vehículos circulando a gran velocidad", denuncia el documento.
'Proteger el planeta no es un crimen', título del informe, se centra principalmente en los dos focos de explotación de gas de esquisto con fractura hidráulica, ambos en el norte de Inglaterra.
"Están erosionando nuestro derecho de protesta con prácticas policiales crecientemente opresivas, de las que yo mismo he sido testigo", critica en el prólogo el eurodiputado británico, Keith Taylor.
El informe también denuncia complicidad entre el Gobierno del Reino Unido, la policía y las empresas que controlan las licencias de exploración y extracción con fracking.
La anterior administración conservadora calificó la producción de gas de esquisto como "prioritaria" en su estrategia energética.
"La industria y sus promotores en el Gobierno conservador están cada vez más desesperados intentando imponer fracking en una población que dice no ruidosa y firmemente", añade el representante del Partido Verde.
Netpol demanda una revisión exhaustiva de la política nacional en lo referente a las operaciones y tácticas policiales ante protestas anti-fracking.
Lea también: 'Fracking' contra corriente: aumenta el número de torres petroleras en el mundo gracias a EEUU
La red de investigadores activistas alerta del "riesgo" de dejar un "legado de resentimiento y desconfianza" en las comunidades afectadas por la industria de la fracturación química de la roca subterránea.