"El CPT está particularmente preocupado por el continuo uso de la sujeción mecánica de los reclusos", reza el documento redactado por el organismo.
De acuerdo con el informe, es habitual que en cárceles españolas los reclusos sean fijados a la cama "por periodos prolongados" y "sin supervisión ni la grabación adecuada".
Por ello, el CPT realizó un llamamiento a las autoridades españolas para que "dejen de recurrir a la fijación como medida de seguridad en las cárceles".
El organismo también manifestó su preocupación por algunas prácticas registradas en centros de reclusión juvenil, donde se registraron denuncias de menores "abofeteados y golpeados" por el personal.
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Además, el CPT también denuncia el uso de la sujeción mecánica en menores, poniendo una especial atención a casos registrados por su deligación en los que los jóvenes pasaban horas fijados a una cama boca abajo, lo que a su modo de ver es un trato "inhumano y degradante".
"Las denuncias consistieron en bofetadas, puñetazos, patadas y golpes con bastones infligidos como castigo informal por parte del personal después de episodios de comportamiento desobediente, autolesiones o incumplimiento de las normas de la casa, incluso cuando los presos fueron sometidos a medidas de sujeción mecánica a sus camas", relata el informe.
Pese a señalar esas y otras ciertas deficiencias —como los malos tratos en los traslados a comisaría—, el informe de la CPT destaca que la mayoría de las autoridades españolas cumplen la ley y dan un trato adecuado a las personas detenidas.
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Además, el organismo elogia los esfuerzos de las autoridades españolas para erradicar el hacinamiento en las cárceles.