"No importa cómo se llame: federación, autonomía, etcétera. Lo importante es qué sentido tendrá este estatus. Creo que Transnistria debe conservar todos los derechos y competencias de los que goza ahora. Se trata del Parlamento, el [título de] presidente, su Gobierno y su bandera", declaró Dodon.
"Debemos tener un Estado común, una política exterior común así como sistemas bancarios y presupuestarios unidos", señaló el líder del país.
Dodon agregó que Moldavia y Transnistria deben también tener una frontera común. Al mismo tiempo, el presidente declaró que el Estado unido no necesitaría un Ejército. En su lugar, el país debería ser neutral y este estatus debe ser conocido por otros países.
"Además, debemos darle a Transnistria el derecho de autodeterminación en caso de que Moldavia pierda su independencia. Sin embargo, estoy convencido de que Moldavia ya nunca va a contar con autoridades prounionistas —partidarios de la unificación de Moldavia y Rumanía—", declaró.
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El conflicto entre Chisinau y Tiraspol —las dos capitales respectivas— surgió en 1989. La mayoría de la población de la última está formada por rusos y ucranianos, que en aquel entonces se manifestaron en contra de la posible reunificación de Moldavia con Rumanía.
La confrontación culminó con un conflicto armado en 1992, que duró casi cinco meses. Las hostilidades terminaron tras la participación activa de los diplomáticos y los pacificadores rusos. La guerra de Transnistria resultó en la independencia —de facto— de la república autoproclamada, mantenida hasta la fecha.
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