"La guerra está lejos de concluir aunque ya vemos la luz al final del túnel", dijo el mandatario al abrir este 24 de octubre una reunión del Consejo para el desarrollo de las regiones.
Sus declaraciones se producen tras los nuevos bombardeos del Ejército gubernamental contra 12 localidades en Donetsk.
"Hoy tenemos el firme respaldo de nuestros socios", agregó.
A principios de septiembre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, expresó su apoyo al despliegue de cascos azules de la ONU en el este de Ucrania para proteger a los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
El líder ruso, matizó que los cascos azules deberán actuar solo y exclusivamente en la línea de separación entre las tropas del Gobierno ucraniano y las milicias.
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El pasado 23 de abril un observador de la OSCE murió y otros dos resultaron heridos al estallar un explosivo al paso de sus vehículos en Lugansk.
El Gobierno de Kiev insiste en que la misión de la ONU debe tener un mandato más amplio y desplegarse en toda la región de Donbás hasta las fronteras con Rusia.
El Ejército ucraniano lleva a cabo desde abril de 2014 una operación militar que ha dejado hasta la fecha más de 10.200 muertos, según el último balance de la ONU.
Las tropas gubernamentales combaten a las milicias en el este del país donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de Gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
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Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.