La suscripción del documento tuvo lugar en Nueva York, en la residencia oficial del representante permanente de Holanda ante la ONU, en el marco del 72 período de sesiones de la Asamblea General.
"Los cinco países miembros del Equipo de Investigación Conjunto (JIT, en inglés) estamos unidos en nuestra determinación de hacer responder a los perpetradores, de conformidad con la resolución 2166 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", señaló la ministra de Exteriores australiana, Julie Bishop.
La Cancillería malasia, en su comunicado, destacó que los países miembros del JIT "confirmaron que se ayudarán mutuamente si alguno de ellos se enfrenta a cualquier tipo de presión externa para minar la persecución o la cooperación entre ellos".
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Nadie sobrevivió de las 298 personas, en su mayoría holandeses, que viajaban a bordo de la aeronave.
El Equipo de Investigación Conjunto (JIT), que reúne a expertos de Ucrania, Holanda, Australia, Bélgica y Malasia, concluyó en su informe del 28 de septiembre de 2016 que el avión fue derribado por un misil del sistema antiaéreo Buk, presuntamente transportado desde Rusia a un área bajo control de las milicias de Donetsk.
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A su vez, el consorcio ruso Almaz-Antey, fabricante del sistema antiaéreo, concluyó tras haber realizado varios experimentos que el avión malasio fue derribado con un misil 9M38, disparado desde una zona controlada por el Ejército ucraniano.
El pasado 22 de agosto, Rusia proporcionó a Holanda una serie de datos adicionales que, según el portavoz de la Fiscalía, Alexandr Kurennói, contradice "las afirmaciones de la investigación oficial en lo referente al lugar del lanzamiento del misil".
