"Para el Gabinete de ministros de Ucrania: en el plazo de un mes tomar medidas para mejorar la legislación sobre la forma de registro del domicilio y de la estancia en el territorio de Ucrania de extranjeros, entre ellos de ciudadanos de Rusia y personas sin ciudadanía, provenientes de países con riesgo migratorio o que entraron a Ucrania desde esos países", indica el texto del decreto, publicado en el portal oficial del Gobierno.
Los ciudadanos extranjeros, entre ellos los habitantes de Rusia que entren en Ucrania a partir del 1 de enero de 2018, deberán portar un pasaporte con sus datos biométricos.
El Gobierno de Ucrania deberá en los próximos dos meses elaborar un mecanismo que permita informar de la entrada al país de ciudadanos extranjeros o de personas sin ciudadanía.
Asimismo, Poroshenko anunció que en breve dará luz ver a un sistema para tomar las huellas dactilares a los extranjeros que entran en el país.
"Conforme a la decisión del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional (SNBO, por sus siglas en ucraniano), que será publicada en los próximos días, el dispositivo que capta las huellas dactilares posibilitará la puesta en marcha del sistema nacional para verificar la identidad de ciudadanos ucranianos, extranjeros y apátridas", dijo Poroshenko.
El secretario del SNBO, Alexandr Turchínov, indicó, por su parte, que se verificará principalmente a los ciudadanos rusos.
En julio pasado el Servicio Fronterizo de Ucrania propuso al SNBO y al Gobierno instalar en los puestos fronterizos equipos para tomar huellas dactilares a los extranjeros que ingresen en el país.
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El organismo pidió destinar para este propósito 11,7 millones de dólares.
A principios de junio el grupo parlamentario del Frente Popular ucraniano llamó a estudiar un proyecto de ley para imponer visados a nacionales de Rusia mientras los Ministerios de Justicia y de Exteriores de Ucrania expresaron su disposición a cooperar para implementarlo.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, advirtió que si Kiev introduce visados con Rusia, Moscú respondería de forma simétrica, opinión que comparte el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
