Se trata de tres individuos que desde hace mucho estaban bajo vigilancia de las fuerzas de seguridad italiana por propaganda del extremismo religioso.
En total desde inicios de 2017 las autoridades italianas expulsaron del país a 70 extranjeros sospechosos de extremismo religioso.
Mientras desde enero de 2015, según el Ministerio del Interior, al menos 202 extranjeros fueron repatriados por motivos de seguridad nacional.