El incidente ocurrió durante una recepción oficial de la comunidad LGBT celebrada en el jardín de Downing Street, la residencia de la mandataria.
Dos submarinistas se lamentaron con la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, de la baja velocidad de internet a bordo de los submarinos y le preguntaron si era posible mejorar la situación. La jefe de Gobierno señaló que "este es un problema que ciertamente intentaremos mejorar".
Luego de los agradecimientos respectivos por su respuesta, uno de los militares decidió ir más allá y le explicó la verdadera razón de sus quejas.
"El problema es que no podemos bajar porno y tenemos que descargarla al disco duro previamente [antes del viaje]", confesó el marinero.
Es probable que está confesión contrastara con el espíritu inglés de la mandataria, quien rápidamente se movió a otra conversación.