En un artículo del 7 de julio, la cadena BFMTV alertaba de que los islamistas pretenden infiltrarse en las filas de las Fuerzas Armadas galas con el objetivo de llevar a cabo atentados.
Tchicaya cree que este asunto no es nada nuevo.
"Ejemplos concretos [de radicalización] han sido identificados ahora, pero ya hace muchos meses, e incluso años, que se sabe que en estas profesiones ha habido casos de radicalización".
Y es que tal y como explica Tchicaya, en 2016 se identificaron más de 100 y en el 2015 otros tantos.
"Desde principios de la década de los 90, las profesiones relacionadas con la enseñanza y con el transporte también se han visto afectadas", aseguró el investigador del IPSE.
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Por si fuera poco, en diciembre de 2015 se prohibió acceder a la zona de vuelos de los aeropuertos de Roissy y Orly a cerca de 70 empleados etiquetados como 'radicales'.
"Cuando vas al trabajo no dejas a un lado tus convicciones", enfatizó Tchicaya.
En el libro 'Où sont passés nos espions?' ('¿A dónde se han ido nuestros espías?'), publicado en enero, los periodistas Christophe Dubois y Eric Pelletier aseguran que, entre 2012 y 2015, dentro de la Policía gala alrededor de 17 individuos representaban una amenaza por su radicalismo. El director de la Gendarmería Nacional habló en enero de 10 casos similares.
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Asimismo, el experto alerta de que la dificultad está en que aquéllos cuya forma de ser puede llamar la atención "no son siempre los que están más radicalizados".
"El peligro es realmente grande, porque pueden utilizar todos los medios a su alcance (armas y bases de datos) para acabar tomando parte en terribles actos dentro de nuestra sociedad. [Los cuerpos de seguridad] deben velar por el mantenimiento de la paz, deben ser las fuerzas del orden público", recuerda el investigador.
"No podemos permitir que esta tendencia vaya en aumento", expresó Tchicaya. "Tiene que detenerse lo antes posible".
