"A pesar de que la semana pasada observamos la reducción del nivel de la violencia, no se respeta la tregua", dijo al comentar la situación actual en la región.
El jefe adjunto de la misión agregó que la OSCE saluda cualquier reducción de las hostilidades, incluso por períodos cortos, pero subrayó que es insuficiente para resolver el conflicto.
También explicó que no hay "voluntad política" y el "control es insuficiente", debido al miedo que se tienen cada bando.
"Ante la falta de información objetiva sobre la situación, ninguna parte puede estar segura de que la otra haya retirado sus fuerzas", afirmó.
En este contexto Hug agregó que los bandos en conflicto no obtendrán esta seguridad mientras sigan "limitando los desplazamientos de la Misión Especial de Observación de la OSCE, privando intencionadamente a los observadores de la posibilidad de controlar la retirada de las tropas y del armamento".
Sin embargo, ambos bandos del conflicto ya han denunciado violaciones de este nuevo armisticio.
En abril de 2014 Ucrania lanzó una operación militar en las provincias orientales de Donetsk y Lugansk, donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
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Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en unos 10.100 muertos.