"Los resultados de las elecciones 'parlamentarias' anticipadas en Kosovo, celebradas el 11 de junio, evidencian que la cúpula política en Pristina continúa radicalizándose", dice el comunicado.
De acuerdo con el ministerio, la victoria de Haradinaj y sus aliados "es consecuencia de la connivencia por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, que no ejercen la debida influencia en las autoridades albanokosovares para impulsar un enfoque constructivo al diálogo con Belgrado y el cumplimiento de todos los acuerdos logrados, en primer lugar en lo relativo a la creación de una comunidad de municipios serbios en Kosovo".
Moscú denunció también la reacción "muy suave o inexistente de los patrocinadores occidentales del territorio (Kosovo) a las manifestaciones de una retórica agresiva de una 'gran Albania', que se ha vuelto más frecuente en los últimos meses".
Kosovo, antigua provincia serbia poblada mayoritariamente por albaneses, proclamó en 2008 una independencia que hasta diciembre de 2016 fue reconocida por más de 110 países.
Belgrado no reconoce la secesión kosovar, pero se vio obligado bajo la presión de Bruselas a iniciar negociaciones para normalizar las relaciones bilaterales.