Los viejos creyentes de América Latina obtienen más de un millar de hectáreas en Rusia

Decenas de viejos creyentes que decidieron regresar a Rusia desde América Latina han recibido un millar de hectáreas de tierra para sus actividades agrícolas. Ahora, las autoridades de la región de Amur en el Lejano Oriente planean establecer un plan de acción conjunto para atraer a la región a más personas.

Casi tres decenas de viejos creyentes —seguidores de una rama religiosa tradicionalista rusa— se han acogido al programa de repatriación voluntaria. Llegados desde diferentes rincones de América Latina, cuentan ya con un millar de hectáreas de tierra en la región de Amur. Las autoridades locales ayudaron con la edificación de tres casas y otras dos se encuentran ya en proceso de construcción. La comunidad cuenta, además, con nueve cabezas de ganado vacuno, cinco de las cuales les fueron otorgadas por el Gobierno.

Lea más: Moscú, dispuesta a ayudar al regreso de los viejos creyentes latinoamericanos a Rusia

Otras tres familias de viejos creyentes, residentes de América Latina, han expresado su voluntad de regresar a Rusia. Las autoridades de la región de Amur planean ahora poner en marcha todo un plan de acción para atraerlos a la región.

"Es necesario tomar una decisión respecto a los viejos creyentes que estén dispuestos a mudarse a Amur. Antes del 10 de julio, desarrollaremos un plan de acción conjunto. Su implementación ayudará atraer a más personas a la región", explicó el gobernador de Amur, Alexandr Kozlov.

Viejos creyentes (o 'antiguos ortodoxos', como se autodenominan para diferenciarse de los fieles 'modernos') es el término bajo el cual se recogen diferentes tendencias tradicionalistas y conservadoras dentro de rama ortodoxa del cristianismo. Seguidores de una moral y ética laboral estricta, alegan la prohibición del alcohol, el tabaco o de afeitarse la barba.

En la época del Imperio ruso, los viejos creyentes sufrieron persecuciones muy duras, por lo que muchos emigraron, asentándose en diferentes rincones del mundo. No fue hasta la época soviética cuando cesaron las persecuciones por motivos religiosos y se les igualó en derechos con el resto de la población.

Hoy en día, el Gobierno ruso lleva a cabo varios programas de repatriación voluntaria, bajo el cual se les brinda asistencia legal y ayuda económica tanto a los viejos creyentes, como a sus descendientes que deseen volver a Rusia.