"Hablé con la primera ministra May y le indiqué mi inquietud de que nada debe acontecer que arriesgue el Acuerdo de Viernes Santo y la ausencia de una voz nacionalista en Westminster", comunicó a través de su cuenta de Twitter el saliente jefe del Gobierno irlandés, Enda Kenny.
El documento exige "rigorosa imparcialidad" de ambos Ejecutivos en los intereses de unionistas-probritánicos y nacionalistas irlandeses, las dos comunidades históricamente enfrentadas.
La dependencia de la líder conservadora May en los diez diputados del DUP para seguir gobernando y frenar una coalición en apoyo del laborista Jeremy Corbyn pone en riesgo la imparcialidad de Londres en esta fase actual de vacío de poder en Belfast.
El autogobierno de coalición entre el DUP y los republicanos del Sinn Fein –ambas son las formaciones líderes en sus respectivas comunidades– sigue colapsado desde enero de este año.
Están ahora previstas de reanudarse este lunes 12 mientras una de las partes implicadas ultima su pacto para apuntalar al nuevo Ejecutivo de una primera ministra debilitada por la catástrofe electoral, en que los tories perdieron 13 escaños y se quedaron a ocho de la mayoría absoluta.
"Si la señora May depende del DUP para formar un gobierno le será imposible ser imparcial", denunció en una columna en el semanario The Observer Jonathan Powell, negociador del ex primer ministro Tony Blair durante el acuerdo de paz.
Las críticas han forzado a May a reconducir la negociación de una alianza formal con el DUP a la garantía de apoyo en cuestiones cruciales, como mociones de censura o los Presupuestos del Estados.
Las conversaciones continuarán a partir del martes 13 en Londres, según informó Downing Street tras rectificar un comunicado anterior en que había anunciado el cierre con éxito de la negociación con los unionistas radicales del Ulster.