Poco después de producirse los atentados del 22 de marzo de 2016 en Bruselas, se supo que el kamikaze Ibrahim el Bakraoui, que se hizo explotar en el aeropuerto de Zaventem, fue extraditado de Turquía unos meses antes.
"Los datos de los que dispone la comisión permiten suponer que uno o varios funcionarios turcos fueron sobornados para enviarlo a Países Bajos en vez de Bélgica, lo que nos parece absolutamente inaceptable", dijo Dallemagne al comentar a los medios los resultados de la investigación.
Además reveló que la información sobre la extradición de El Bakraoui a través de un portal que no está destinado a las noticias urgentes.
Según Dallemagne, también Alemania experimenta serias dificultades en su cooperación con Turquía.
La capital belga sufrió tres atentados el 22 de marzo de 2016, dos en el aeropuerto de Zaventem y uno en la estación de metro Maelbeek, cerca de las instituciones europeas, con un saldo de 32 muertos y más de 300 heridos.
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Los ataques fueron reivindicados por la organización terrorista Daesh, o autodenominado Estado Islámico, proscrito en varios países, incluida Rusia.