"Parece que en Europa ya empiezan a asimilarlo. La candidatura de Erdogan aparece en varios países. Atraviesan una crisis electoral; obviamente a la gente que vota así no le gusta ningún candidato", dijo.
Balyábina destaca que en estas circunstancias, las autoridades galas tienen que preguntarse por qué los residentes locales están dando su voto, aunque no sea válido, al presidente de otro país.
"Posiblemente, hay algo que no les convence. Con todo esto, el problema no radica en Erdogan, sino en la gente que necesita a alguien más, pero no a aquellos candidatos que figuran en las boletas".
La columnista explica que no es la primera vez que ocurre algo semejante en Francia. A comienzos de este año, algunos activistas propusieron la candidatura de Barack Obama para las elecciones presidenciales en Francia, mientras que otros abogaron por la del presidente ruso, Vladímir Putin.
Tras el triunfo del 'Sí' en el referéndum sobre la reforma constitucional en Turquía, el político otomano podría pensar en "ocuparse de Europa", opina la periodista.
En este caso, la popular tendencia de 'la mano del Kremlin' puede ser pronto sustituida por la mano turca.
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