El 16 de abril, más del 51% de los turcos avaló la reforma constitucional que convertirá a Turquía en una república presidencialista.
"Ellos esperan que ahora, tras el referéndum, el presidente otomano consolide de una manera más activa las ambiciones turcas en los Balcanes. A partir de ahora, Erdogan ya no está atado a los compromisos con la UE y EEUU", opinó el analista en entrevista con Sputnik.
Asimismo, subrayó que ahora se puede esperar que Erdogan continúe realizando "la estrategia 'neotomana' de Ankara" que funciona en tres regiones diferentes: el Cáucaso, Oriente Próximo y los Balcanes.
Por su parte, el exdiplomático serbio Srecko Djukic sostuvo a Sputnik que al principio Ankara se ocupará de sus propios problemas y solo luego de la política exterior.
"Yo pienso que hay que esperar un poco y ver si Turquía tendrá suficientes fuerzas para retomar su influencia en los Estados balcánicos. Ankara está en el umbral de serios desafíos, además, su situación económica ya no es como la de antes. Por eso no creo que próximamente Ankara se empeñe en ampliar su presencia en los Balcanes", declaró.
La reforma constitucional de Turquía implica introducir enmiendas a un total de 18 artículos de la Carta Magna turca.
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Estas enmiendas otorgarán amplios poderes ejecutivos al presidente de la nación, que podrá declarar estado de excepción, designar vicepresidentes, ministros y otros altos cargos, así como promulgar decretos con fuerza de ley que entrarán en vigor de forma automática.
Las enmiendas tendrán validez a partir de noviembre de 2019.