Los Veintiocho extendieron hasta el 28 de febrero de 2018 el embargo de armas a Bielorrusia y las sanciones a cuatro ciudadanos de este país.
"Hubo un periodo bastante largo de relaciones complicadas con la Unión Europea y creo que todavía quedan reliquias del pasado", dijo Serguéi Rajmánov, jefe de la comisión de asuntos internacionales y seguridad nacional del Senado bielorruso.
"Lo importante es que esto se produce en el contexto del clima positivo que se formó gracias a la política equilibrada de nuestro Estado y eso lo reconocen todos los países europeos", subrayó.
Rajmánov prometió que Bielorrusia "seguirá por la misma senda, la misma que debe dar frutos positivos".
A su vez, Valeri Voronetski, responsable de la comisión para asuntos internacionales de la Cámara baja bielorrusa, destacó que su país aboga por relaciones fructíferas con todos sus vecinos, la UE incluida.
"Europa debe comprender que en el continente hay muchos problemas graves que debemos resolver juntos y Bielorrusia es un donante de estabilidad regional", dijo Voronetski.
"El Parlamento busca que la posición bielorrusa se escuche con firmeza en la arena internacional y vamos a trabajar en la imagen de nuestro país", puntualizó.
El objetivo, dijo, es conseguir apoyo a la posición de Bielorrusia en el mundo.
"Juntos siempre es más fácil", apostilló.
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Por primera vez la UE impuso sanciones al país en 2004 por la desaparición de dos opositores, un empresario y un periodista, siete años después decretó un veto a las exportaciones de armas.