"Nuestro partido es hoy el único que realmente puede apelarse partido de la gente trabajadora, que escucha y responde a las inquietudes de la gente común trabajadora", clamó en el Congreso de la Asociación de Concejales Conservadores.
Es la primera vez que el electorado envía representante conservador al Parlamento de Westminster desde la creación del distrito electoral, en 1983.
La zona es bastión laborista desde hace casi un siglo, pero las lealtades se han quebrado con el Brexit, la percepción de abandono y frustración por la falta de prosperidad económica que el líder, Jeremy Corbyn, no ha conseguido aliviar con su programa anti-austeridad y pro emigración.
"Nuestro mensaje no ha sido suficiente para ganar en Copeland", reconoció el veterano de la izquierda radical británica.
La formación de Corbyn aguantó en cambio el embiste de UKIP en el segundo distrito electoral, Stoke on Trent Central, que estaba en lizo en la noche electoral del 23 de febrero.
El candidato laborista, Gareth Snell, retuvo la plaza con el 37.1% de votos —dos puntos menos que en las generales de 2015— y un total de 7.853 votos.
"La victoria del laborismo en Stoke es un decisivo rechazo de las políticas de la división y deshonestidad del UKIP", declaró Corbyn.
Paul Nutall pretende hacer del UKIP la alternativa para los desilusionados con el laborismo en sus focos tradicionales del norte de Inglaterra.
Pero el nuevo líder entró en segunda posición, con el 24.7% de votos, seguido a muy corta distancia del candidato conservador, con el 24.4% de apoyos.
La resaca electoral fue, como señaló May, "un día de celebración para nuestro partido", que creció en las tierras centrales de Stoke y destronó a la oposición oficial de su terreno en el noreste inglés.