Las milicias y los militares ucranianos denunciaron en los últimos días un agravamiento del conflicto en el este del país, con un fuerte incremento de los tiroteos.
"Ucrania hizo todo lo posible para repeler estos ataques iniciados a fines de enero, y todo el tiempo subraya la necesidad de una tregua", dijo el presidente en una vídeo conferencia con el jefe de la administración militar y civil de Donetsk, Pavel Zhebrievski.
Recordó que la noche pasada los ataques contra los barrios residenciales y los puestos de entrega de ayuda humanitaria en Avdéevka causaron la muerte de civiles.
Rusia negó en reiteradas ocasiones que sus efectivos estén presentes en Donbás.
Al mismo tiempo, indicó que el representante de Kiev en el Centro especial de coordinación y control estaba "dispuesto a cesar el fuego".
Poroshenko agregó que las autoridades ucranianas quieren poner fin a la limitación de suministros de electricidad y agua no solo en la zona de Avdéevka controlada por Kiev, sino también en Donetsk.
"Allí también viven nuestros ciudadanos y nos preocupamos por ellos", subrayó.
Previamente el mismo viernes el Ministerio de Defensa de Ucrania declaró que "nuestros muchachos, paso a paso, lograron avanzar heroicamente".
Ucrania sostiene desde abril de 2014 una operación militar en varias áreas de las regiones de Donetsk y Lugansk donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de régimen ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo resultado la ONU estima en más de 10.000 muertos y más de 22.700 heridos.