"Es justo que el presidente entrante sea honrado con el honor de una visita de Estado", declaró el jefe de la diplomacia británica en el Parlamento de Westminster.
Johnson describió el decreto migratorio de "erróneo y divisorio" y aceptó que la ciudadanía "está en su derecho de firmar peticiones", en referencia al millón largo de personas que respaldan la cancelación del viaje oficial de Trump.
"Es erróneo promulgar políticas que estigmatizan a la gente en función a su nacionalidad, pero no vamos a dejar de conversar con nuestros amigos y aliados perjudicando así nuestra relación", añadió en una comparecencia en los Comunes motivada por la orden ejecutiva de Trump.
El canciller informó a la cámara de la "exención" extraída de la administración Tump respecto a nacionales británicos nacidos en alguno de los países vetados, que como "principio general serán bienvenidos en EEUU".
Esta concesión no se extenderá, sin embargo, a residentes en Reino Unido con pasaporte de los sietes países incluidos en el veto.
"Hemos asegurado una protección muy importante para los nacionales británicos", resaltó Johnson antes de aceptar que habrá "muchos casos" que causen "frustración".
Johnson reconoció que la "política es muy controvertida" pero limó su criticismo porque, según reiteró, el Ejecutivo May está "resuelto a trabajar junto con la administración Trump".
El ex líder laborista, Ed Miliband, fue más tarde autorizado por el presidente de la Cámara para iniciar un debate de tres horas sobre la polémica orden ejecutiva de Trump.
Miliband instó a sus colegas parlamentarios a apoyar la "necesidad de repelar el discriminatorio" decreto.