En su artículo para la revista Foreign Policy, el experto destaca que la canciller de Alemania se considera la única persona capaz de sostener los principios del orden liberal global, por lo cual muchos esperan que sea reelegida en las elecciones de 2017.
"Estas esperanzas están peligrosamente equivocadas. Dar a Merkel el manto del liderazgo moral presupone una mala interpretación de sus 11 años en el cargo", apunta el autor quien agregó que "las tres coaliciones de Merkel en Alemania y su dirección de la UE" no han sido un "éxito rotundo".
Desde la crisis financiera global de 2008, el liderazgo de Merkel "ha sido probado en cuatro frentes diferentes". Sea en la crisis de la eurozona, la crisis entre Rusia y Ucrania, la crisis migratoria y de refugiados o las tendencias autoritarias progresistas en Hungría y Polonia, el Gobierno de Merkel ha fracasado en todos los frentes, prosigue.
Crisis de la eurozona
Además, los buenos resultados que muestra la economía de Alemania desde 2010 han sido conseguidos al costo de la disminución del nivel de vida, el desempleo récord y el aumento del euroescepticismo en el sur de la UE.
"Sin esperanza de recuperación económica, el futuro de la moneda común sigue siendo frágil", detalla Matthijs.
Crisis en Ucrania y relaciones con Rusia
Así, a juicio de Matthijs, Merkel se verá obligada a "lidiar con el presidente electo de EEUU, Donald Trump, quien ha manifestado claramente su deseo de un acercamiento con Rusia" además de su desinterés en las sanciones.
"Rusia ocupa el lugar central en muchos temas urgentes que se plantean en Europa —desde el futuro estatus de Ucrania hasta el sangriento conflicto en Siria—, y es evidente que tiene la mayor influencia en estas cuestiones", afirma.
Asimismo, continúa, "el enfoque antagónico de Merkel" no es capaz de lograr una mejoría en la situación actual con Rusia. No obstante, al ofrecer mejores relaciones, la UE y EEUU podrían darle a Putin una razón para cooperar con el Occidente.
Crisis migratoria
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El acuerdo con el líder turco presupone asistencia financiera y viajes sin visados para los ciudadanos de Turquía a los países miembros de la UE a cambio de que Turquía cierre sus fronteras a los inmigrantes ilegales que intentan entrar en Grecia. Pero, profundiza Matthhijs, este trato "hizo poco para hacer frente al problema más persistente —el de los migrantes de África que cruzan el Mediterráneo para llegar a los costas de Italia—".
"De hecho, incluso podría haber agravado aún más esa cuestión haciendo a la gente pensar que el acuerdo con Turquía significa que el problema de migración había sido resuelto", expone.
Tendencias autoritarias en la UE
Por fin, escribe el autor, Alemania no ha sido capaz "de frenar el deslizamiento gradual hacia el autoritarismo tanto en Hungría, como en Polonia". De esta manera, "con el partido Fidesz (Unión Cívica Húngara) en Hungría y el partido Ley y Justicia en Polonia, la UE ahora tiene dos Gobiernos no liberales en sus filas".
Además, insiste Matthijs, "Alemania no solo no logró impedir que estos partidos llegaran al poder", sino que también reforzó sus posiciones "al debilitar la independencia judicial y censurar los medios de comunicación".
"El silencioso alojamiento dado por parte de Merkel a Viktor Orbán (primer ministro de Hungría y a Jaroslaw Kaczynski (presidente del partido Ley y Justicia) apenas la convierte en un modelo de virtud liberal, especialmente considerando su negociación fáustica con Erdogan", subraya,
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De esta manera, Merkel ha mostrado su incapacidad para resolver ni una sola de las cuatro crisis que se han extendido por Europa, por lo cual Alemania necesita un nuevo líder, no vinculado con Merkel o la CDU (Unión Democrática Cristiana).
"Lo que está claro es que si Europa se mantiene bajo el liderazgo de Merkel, su poder se seguirá desvaneciendo, y tanto Putin, como Trump podrán fácilmente desestimarla", concluye.