¿Cuál es el objetivo de esta alianza?
Según el columnista, este acuerdo crea una nueva base jurídica para la cooperación entre Polonia y Ucrania en la esfera militar, en una amplia gama de campos.
Aunque Ucrania aún no es miembro de pleno derecho de la OTAN, este documento representa una entrada 'de facto' de Kiev en el espacio de la Alianza Atlántica, considera Jrolenko.
"Está claro que esta alianza militar entre ambos países amenaza a Rusia desde el punto de vista geopolítico. Polonia es consciente de que Ucrania no es miembro de la OTAN, sin embargo, desea ampliar su cooperación militar con Kiev", escribe el columnista.
Según el presidente polaco, Andrzej Duda, con esta cooperación, Polonia apoya a Ucrania "en su lucha por la soberanía y la preservación de su integridad territorial", por lo que "la ayuda de Polonia al proceso de modernización del Ejército ucraniano es de vital importancia".
Además, las declaraciones sobre la protección de la integridad territorial de Ucrania indican que Kiev todavía tiene cosas que reclamar a sus vecinos, reflexiona el autor del artículo.
Moscú reacciona
Dadas estas nuevas circunstancias, Rusia ha tenido que formar cerca de sus fronteras occidentales tres nuevas divisiones y una agrupación de tanques.
"En 2017 se seguirán desarrollando las Fuerzas Armadas de Rusia. Prestamos especial atención al mantenimiento de las fuerzas nucleares estratégicas en un nivel que garantice la contención de una posible agresión contra la Federación rusa y sus aliados", informaba el jefe del Estado Mayor, Valeri Gerásimov.
¿Quién paga por 'la fiesta'?
En estos dos años, el Ejército ucraniano ha recibido, procedente de Tokio, una ayuda de casi 2.000 millones de dólares, según el propio Ministerio de Defensa de Ucrania. Al mismo tiempo, fuentes cercanas a la industria militar indican que Arabia Saudí aportó unos 40 millones de dólares al presupuesto del proyecto ucraniano vinculado con el desarrollo del misil de crucero Grom.
En cuanto a Washington, Jrolenko recuerda que, recientemente, el país norteamericano destinó a Ucrania una suma de más de 300 millones de dólares para el desarrollo de su potencial militar, incluyendo las armas letales.