"El fallo puede muy posiblemente abrir una caja de Pandora de frustraciones políticas", afirmó el experto en cuestiones legales.
El Gobierno defiende ante la corte de máxima instancia del país que el Ejecutivo cuenta con la "potestad prerrogativa" para dar el pistoletazo de salida.
La demanda popular, a la que se han unido los gobiernos de Escocia, Gales e Irlanda del norte, argumenta por el contrario que la soberanía reside en el parlamento central y, por consiguiente, en las asambleas nacionales autonómicas.
"El Supremo necesita descubrir un curso por el que navegar estas aguas peligrosas", señaló David Mundy, de la asesoría legal y política Bircham Dyson Bell (BDB).
Observador de la actividad parlamentaria en Westminster, Mundy no descarta que el Gobierno May tire la toalla y "acepte la derrota por miedo a abrir la caja de Pandora constitucional".
Pero ni siquiera la decisión contraria del Supremo anulará la eventual ejecución del veredicto de la mayoría de votantes de Reino unido.
"Es extremadamente improbable que el Parlamento adopte una postura opuesta al resultado del referéndum,", calcula Bell.
La vista de apelación concluyó el 8 de diciembre tras cuatro intensas jornadas de argumentos e interrogatorios por parte del panel de once jueces que la han atendido.
El fallo del Supremo está previsto de publicarse a partir de mediados de enero 2017.