A un año de la tragedia en Francia: "No me imagino que continuemos con esta política criminal"

La noche del atentado del Bataclan, el 13 de noviembre de 2015, en Francia se decretó el estado de emergencia, el cual debería haberse terminado en mayo pasado. No obstante, tras el ataque en Niza, la Asamblea Nacional gala votó por prolongarlo seis meses, hasta enero de 2017, debido a la elevada amenaza terrorista en el país.

Este régimen da a la policía poderes adicionales para llevar a cabo registros y para poner a sospechosos bajo arresto domiciliario sin orden judicial.

El investigador del Instituto de Estudios Estratégicos e Internacionales, autor del libro 'Terrorismo — violencia y propaganda' y experto en seguridad, François-Bernard Huyghe, comentó a Sputnik por qué el estado de emergencia se ha mostrado poco eficaz en la lucha antiterrorista.

Según Huyghe, el estado de emergencia, declarado después del atentado, fue "un éxito político del Gobierno" debido a que "incluso los partidos opositores votaron por su declaración y, después, por su extensión".

"Este estado de emergencia, el cual según la Constitución tiene límites temporales, se está volviendo permanente. No es capaz de prevenir los ataques llevados a cabo, ni siquiera, por aquellas personas ya registradas por la policía", opinó.

El experto recordó que uno de los jóvenes que degollaron a un cura en una toma de rehenes en una iglesia francesa, tenía una pulsera electrónica y permanecía bajo arresto domiciliario.

Lea más: ¿Por qué Francia es una víctima del terror?

Asimismo, agregó que la declaración del estado de emergencia no ha logrado ayudar a detener a futuros yihadistas y terroristas, algo que "sería posible en condiciones normales".

"Tampoco fue eficaz para prevenir el escalofriante atentado en Niza", sostuvo.

De esta manera, continuó, el estado de emergencia sirve "para tranquilizar a la población y demostrar que las autoridades están emprendiendo al menos algo". No obstante, provoca numerosos obstáculos para la economía del país y, sobre todo, para el sector turístico, debido a que las agencias de viajes desaconsejan que los turistas visiten un país que declaró un estado de emergencia.

Además, a juicio de Huyghe, el estado de emergencia no ha reducido la tasa de criminalidad en Francia —ni los crímenes terroristas, ni la delincuencia común—.

Sin embargo, el experto expresó que el número de terroristas en el país es muy elevado y alcanza unos miles de individuos, por lo que "ninguna policía en ninguna sociedad democrática es capaz de controlarlos e impedir que causen daño".

Otro factor, que, según Huyghe, frena el cumplimiento del estado de emergencia son las demostraciones, incluso las huelgas de los agentes policiales y aquellas contra la reforma laboral.

"El hecho de que los propios policías generen insatisfacción y temor demuestra que el estado de emergencia no se implementa de manera rigurosa", profundizó añadiendo que "el estado de emergencia es una definición legal muy vaga que se ha mostrado débil en la lucha contra los yihadistas y la ira pública".

Sin embargo, expresó el experto, es muy probable que la situación se altere después de las elecciones presidenciales previstas para abril de 2017 porque "la población se dará cuenta de la inutilidad evidente de esta medida".

"No me imagino que continuemos con esta política criminal extendiendo el estado de emergencia. Y si lo hacemos, la gente no lo podrá entender", concluyó.