La tendencia en alza en agresiones entre presos y contra los funcionarios de prisiones se repite desde hace cuatro años.
"El aumento de los ataques desde 2012 ha coincidido con importantes cambios en el régimen, el funcionamiento y la cultura en el sector público de prisiones", reconoció el informe ministerial.
Justicia reconoce también el impacto de la propagación de la "cultura de bandas" criminales y del consumo de "drogas psicoactivas ilícitas" entre los convictos.
El envío de drogas desde el exterior se realiza con mayor frecuencia con drones, según alertan los medios.
Las agresiones a los empleados se dispararon un 43% con respecto a septiembre de 2015.
Los asaltos entre los propios reclusos crecieron un 32% en el mismo periodo de tiempo.
"Estas estadísticas son una prueba más de la crisis que se ha desatado en nuestra prisiones con los tories (conservadores)", denunció Richard Burgon, responsable laborista de Justicia.
El gasto en Inglaterra y Gales —el servicio se ha transferido a los Gobiernos autonómicos de Escocia e Irlanda del Norte— se ha reducido en unos 2.000 millones de libras, lo cual equivale a un tercio del presupuesto de 2010.
La ministra de Justicia, Elizabeth Truss, prometió continuar con el programa de reformas que ha de detallar en un anticipado proyecto de ley.