Según afirma el periódico ucraniano Vesti, Vakaruk fue detenido en diciembre de 2014 en su ciudad natal.
Inicialmente Nikolai trabajaba como minero, pero tras un accidente comenzó a trabajar como electricista.
Detención, cárcel, tortura
El exrecluso aseguró que fue detenido por ser amigo de su compatriota Víctor Ashijin, sospechoso de participar en el referendo de independencia de la región de Donetsk en mayo de 2014.
"Varias personas con pasamontañas, sin identificadores ni documentos ni orden me sacaron a la fuerza de mi apartamento diciéndome 'tú mismo sabes por qué'; me tiraron de cara contra la nieve, me colocaron un paquete en la cabeza y me llevaron a Krasnoarmeisk (actualmente Pokrovsk)", relató Vakaruk.
El exdetenido recordó que "estuve 24 horas allí, en el SBU local, donde me torturaron".
"2014 fue el peor de los años, no les daba tiempo a limpiar la sangre de los pasillos; tengo una plancha en la cabeza tras la operación; ellos lo sabían, y para no matarme enseguida, me daban puntapiés en la espalda, finamente me dañaron un riñón", afirmó.
Vakaruk recuerda que contra el dolor solo le daban dipirona.
Posteriormente fue trasladado de Pokrovsk a Kramatorsk, también a la sede del SBU.
Según el exrecluso, "constantemente me proponían confesar algo, entonces, según ellos, me intercambiarían y no me torturarían".
En marzo de 2015, el detenido se sintió muy mal y "entonces me llevaron al hospital de Járkov, me inscribieron bajo un nombre falso y me extirparon un riñón".
"La recuperación tomó un mes, todo ese tiempo lo pasé sujeto con esposas a la cama, vigilado por un guardia del SBU", testimonió.
"Pero para ese momento nos escondieron, nos trasladaron con paquetes en las cabezas de la sede regional del SBU en el centro de la ciudad a una vecina, cruzando el camino, donde tenían un local para prácticas de tiro", aseveró.
Vakaruk señaló que en el SBU habían otras 20 personas como él.
"A todos les encasquetaban los artículos 258 y 260, cooperación con formaciones especiales ilegales y apoyo a los separatistas, les obligaban a firmar confesiones; en las noches, cuando los jefes se marchaban, los guardias nos humillaban, nos echaban gases lacrimógenos en los ojos, nos obligaban a hacer planchas", recuerda.
Según el exdetenido, "a algunos los llevaban al bosque; con nosotros había un residente de Járkov, Anatoli Ilich, a él lo llevaron al bosque y le disparaban junto al oído, y luego le dieron una granada e hicieron ver que le sacaron el seguro".
"Todo eso para que firmara la confesión", expresó.
Luego les dieron 20 grivnas a cada uno (menos de un dólar) y los soltaron.
El 29 de agosto, las organizaciones internacionales Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) anunciaron la liberación de 13 personas de una cárcel secreta del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), luego de que las ONG descubrieran las prácticas de torturas y reclusiones secretas.
Además, informó que otras cinco personas están mantenidas en cárceles secretas.
El SBU por su parte desmintió estas acusaciones.
