Según Garay, pese a que el grueso de la población inmigrante es ajena a la violencia terrorista que hoy amenaza a Europa, su imagen en general resulta empañada para los europeos que buscan proteger un Estado de bienestar que les ha llevado décadas construir.
"Se trata de un problema social fundamentado en los años 70 y 80 del siglo pasado, cuando la percepción del Estado de bienestar se fortalece y ahora, que se ve amenazado, lleva a los ciudadanos a tener una visión egoísta y proteccionista, lo cual se traduce en desconfiar de los inmigrantes y en verlos incluso como enemigos", dijo el analista.
El menor nivel de confianza en las autoridades y en los medios se registra en Francia: solo un 17 por ciento de encuestados creen que es objetiva la información sobre delitos supuestamente cometidos por los inmigrantes.
Mientras, en Alemania el porcentaje de personas que confían en sus medios de comunicación y autoridades es un poco más alto (25 por ciento), y en Gran Bretaña un 36 por ciento de los encuestados cree en la información divulgada este asunto.
Los datos de la encuesta fueron obtenidos por las compañías de investigación de opinión pública Populus e Ifop para la agencia de información y radio Sputnik.
Fueron encuestados en total 3.556 personas: 1.047 en Gran Bretaña, 1.010 en Alemania y 1.499 en Francia.