Según el político, las protestas del Maidán dejaron "un país dividido" y ahora "solo hay una salida: restablecer las normas democráticas, permitir a la oposición trabajar".
Y agregó que "solo EEUU y la UE pueden forzar a Kiev" a adoptar estas medidas.
Azárov defendió en la entrevista la federalización del país como solución al conflicto en el este del país: "Ucrania necesita un sistema federal", afirmó.
"Las regiones tienen que desarrollarse como quieran", explicó al precisar que "el oeste del país debe orientarse a Europa, pero el sureste, con su población rusa, debería vivir como quiera", algo que, añadió, el actual Gobierno es incapaz de hacer.
Azárov acusó al presidente, Petró Poroshenko, y al primer ministro, Arseni Yatseniuk, de "cleptómanos" que, al obedecer "las órdenes del FMI han jugado un papel negativo" en la economía del país, provocando una caída del 34 por ciento del PIB y el desplome de los salarios en un tercio en el espacio de dos años.
Por su parte, los líderes del Maidán "engañaron" a la población: "Les dijeron: mañana tendréis salarios y pensiones europeos, pero eso es mentir, eso no llegará mañana, ni pasado mañana y quizá ni siquiera en 20 años", aseveró.
El 21 de noviembre de 2013, la Plaza de la Independencia de Kiev, Maidán, fue ocupada por los partidarios de la eurointegración inmediatamente después de que el Gobierno de Azarov anunciara la suspensión de la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
Lea también: Occidente necesita una Ucrania estable.
Más tarde Maidán se convirtió en epicentro de la confrontación entre fuerzas radicales y la Policía, durante la cual la oposición usó en repetidas ocasiones armas de fuego y cócteles Molotov, con un saldo de decenas de víctimas humanas por ambas partes.
Las nuevas autoridades cargaron la responsabilidad de lo sucedido sobre su opositor político, el expresidente Víctor Yanukóvich, y al destacamento de misiones especiales Bérkut, disuelto más tarde.