"Actualmente contamos con más de 100 refugiados, pero poco a poco ellos están abandonando la ciudad", dijo Zólotova, agregando que las 10 o 15 personas que participaron en la manifestación solo pidieron ayuda para entrar en Finlandia.
La funcionaria aseguró que no hubo disturbios, y los migrantes que siguen en el territorio de la ciudad llevan una vida normal, "van de compras, pasean por la ciudad y se comportan con tranquilidad".
Desde noviembre de 2015 Múrmansk se convirtió en un punto de tránsito de los migrantes que pretenden entrar en Europa.
Tras el cierre de la frontera entre Rusia y Noruega, que exigía al inicio que los refugiados arribaran en vehículos de motor o, al menos, en bicicleta, los migrantes optan por cruzar la frontera con Finlandia, país que tampoco los acoge de una forma cordial.
Según informaciones de las autoridades de Múrmansk, la frontera con Finlandia es cruzada diariamente por unos 20 aspirantes a estatus refugiado.