LONDRES (Sputnik) — Cerca de 150.000 personas han firmado en las últimas horas la petición del abogado británico de Myrtle Cothill, que insta al Ejecutivo conservador a relajar las leyes de Inmigración referentes a familiares dependientes.
La anciana sufre problemas crónicos pulmonares, está perdiendo la visión, no puede caminar sin ayuda y se encuentra en un creciente estado de confusión, según alerta el letrado que defiende su caso, Jan Doerfel.
En febrero de 2014, Cothill se trasladó desde África del Sur a Inglaterra con la intención de pasar los últimos años de su vida bajo la atención de su hija.
Pero las autoridades de Inmigración le han denegado el permiso para permanecer en el país e Interior amenaza con firmar la orden de deportación.
La movilización del bufete de abogados británicos ha conseguido por lo pronto un alto en el proceso, pero el riesgo de la expulsión sigue inminente.
Doerfel confía en que la petición electrónica fuerce al Ministerio del Interior a “conceder a Myrtle la autorización” para residir en Reino Unido.
Las autoridades sugieren que la anciana regrese a Suráfrica con su hija, Mary Wills, pero esto no es posible, según explica el abogado.
“Mary y su marido, el británico David Wills, no tienen derecho a residir en Suráfrica”, advierte.
El abogado apunta además que el marido tiene la enfermedad de Parkinson y “no puede viajar” mientras que la señora Cothill “no tienen a nadie que cuide de ella” en su país natal.
“Mi madre no puede vivir sola y emocionalmente, tanto para ella como para mí, (la deportación) nos rasgaría el corazón y probablemente mataría a mi madre”, escribe la hija en la petición canalizada por la organización Change.org.
A media mañana del martes se habían recogido 142.867 firmas para frenar definitivamente la expulsión de Inglaterra de la débil mujer de 92 años.
