Según Lavrov, lo que declaran los europeos públicamente en ocasiones se contradice "con lo que te dicen cara a cara, cuando nadie oye".
"Todos dicen que en cuanto se calmen un poco las cosas, hay que cumplir los acuerdos de Minsk, y entonces volveremos a la normalidad, a la asociación estratégica; pero cuando se reúnen y hablan en público, no pueden decirlo", lamentó.
La propia Ucrania, según Lavrov, "cayó víctima de la política de la UE que intentó forzarla a elegir entre" Moscú y Bruselas, y en lugar de un Gobierno de unidad nacional, previsto en el acuerdo promovido por Alemania, Francia y Polonia, optó por un golpe de Estado a mano armada.
Las relaciones entre Rusia y la UE, así como otros países occidentales, se deterioraron a raíz de la crisis ucraniana y particularmente tras la adhesión de la península de Crimea a Rusia en 2014.
Kiev y Occidente han acusado a Moscú de intervenir en el conflicto de Donbás, sin presentar prueba alguna de ello; Rusia a su vez rechaza cualquier implicación en esa crisis y participa en los esfuerzos para poner en marcha un proceso de paz a través de varios formatos, como el Grupo de Contacto o el 'formato de Normandía'.