Los refugiados de Irak y Marruecos bloquean el tráfico ferroviario desde hace varios días exigiendo dejarles pasar la frontera hacia Europa Occidental.
Según distintas fuentes, en la aldea viven de 1.000 a 5.000 refugiados mientras la población de la localidad ronda un centenar de personas.
La semana pasada en la aldea empezaron disturbios después de que un joven marroquí muriera electrocutado.
Desde el 18 de noviembre Eslovenia, Croacia, Serbia y la ex República yugoslava de Macedonia dejan pasar la frontera solo a los que huyan de la guerra en Siria, Irak y Afganistán, pero los denominados como 'inmigrantes económicos' serán enviados de vuelta.
El ministro griego para política migratoria, Yannis Muzalas, declaró la víspera que Atenas quisiera evitar las acciones policiales para retirar a los refugiados de la zona.
"No queremos un derramamiento de sangre, no queremos que Idomeni se convierta en Hungría. Queremos evitar la violencia", indicó.