En el marco de este plan, Kiev prevé desplegar en la zona nuevo material bélico, lo que "llevará inevitablemente al aumento de las tensiones", indicó el diplomático ruso.
"Las estadísticas proporcionadas por la misión especial de observación muestra que los uniformados ucranianos cometen más a menudo violaciones de la tregua" que las milicias, subrayó.
La frecuencia de estos incidentes, según Lukashévich, supone un retroceso a la situación que existía antes del 1 de septiembre, cuando se reforzó la tregua debido al comienzo del nuevo curso escolar.
"Las fuerzas ucranianas emplean sistemas Grad, morteros de distintos calibres y armas de otro tipo, y lo más peligroso es que se hayan reanudado los bombardeos sobre barrios residenciales y en particular colegios", denunció el embajador ruso.
A este respecto, el diplomático instó a que los observadores verifiquen las informaciones sobre numerosos bombardeos del Ejército contra núcleos poblados de Donbás.
Lukashévich pidió asimismo que se presione sobre el Gobierno ucraniano para que sus fuerzas respeten el alto el fuego.
"Llamamos a todos los interesados en la estabilización en Ucrania a que ejerzan la presión necesaria sobre las autoridades de Kiev para que se restablezca la tregua, que se había logrado con enormes esfuerzos, y el proceso político pueda seguir avanzando", concluyó.