Las movilizaciones de Montenegro se enmarcan en “una ola más amplia de movilizaciones en toda la región de los Balcanes, como la primavera de Bosnia del año pasado o las de esta primavera en Macedonia”, agravada estos últimos meses por la crisis de los refugiados.
En el caso concreto de Montenegro, las protestas tienen que ver también con “los más de 25 años en el poder del primer ministro Milo Dukanovic”.
También por “cuestiones de corrupción muy graves”, como ya ocurrió en "Macedonia la primavera pasada” explica a esta agencia la experta.
Pero para Ferrero “la principal causa de las movilizaciones es el hambre”, en un país que “no tiene dinero” con un “30% de paro”, mucho más elevado en el norte, y con un gravísimo desempleo “entre los jóvenes universitarios”.
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En ese entorno de crisis es donde hay que situar esta movilización social, estima Ferrero, una indignación “que es generalizada en toda Europa”, y “los Balcanes son parte de Europa”.
Ferrero no cree que el tema de la OTAN esté tan presente en las protestas de Montenegro.
“No creo que ahora mismo los montenegrinos estén pendientes de si su país se incorpora o no a la OTAN”, tal como pretenden las autoridades del país.
“Creo que ahora son otras las preocupaciones”. Se asemeja más “a las preocupaciones europeas en general”.
Montenegro ya “no está en esa lógica de guerra fría entre Rusia y Occidente”, porque lo que los montenegrinos quieren “es alcanzar cotas de mayor cohesión social y de riqueza”, opina Ferrero.
Se culpa a Rusia
La oposición a Djukanovic “es mixta”, ya que “hay gente que es más proserbia y prorrusia, pero también hay gente que es más de izquierdas y lo que quieren es precisamente un cambio en el entorno socioeconómico de la sociedad”, explica Ferrero.
Dukanovic denunció en una entrevista que los nacionalistas serbios y Rusia estaban involucrados en la organización de las protestas antigubernamentales en Podgorica, convocadas por la coalición de partidos opositores Frente Democrático para exigir la dimisión del Gobierno actual y protestar contra el ingreso del país en la OTAN.
La última protesta multitudinaria a finales de octubre se saldó con unos 40 heridos en el desalojo de los manifestantes, contra los que la policía cargó con gases lacrimógenos y otros materiales antidisturbios
Moscú negó cualquier intervención en esas movilizaciones.
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La experta española denuncia también que “está habiendo violaciones del estado de derecho con el uso por parte de la policía de gases lacrimógenos para disolver las manifestaciones”.
Ferrero enmarca estas protestas en las acciones previas al proceso electoral, unos comicios “que deberían ser decisivos para las perspectiva europea de Montenegro” y deberían contribuir a terminar “con los pensamientos conspiranoicos de muchos líderes balcánicos”.
En política exterior, Rusia “está intentando recuperar el terreno perdido desde los noventa” pero “no creo que la disputa por la geopolítica mundial esté hoy en los Balcanes”.
Tampoco la Unión Europea se ha implicado con la región en espera que de los “Balcanes afirmen su estabilidad en sus fronteras”.
Europa “nunca se ha implicado”. Las “últimas reuniones con Balcanes han sido encuentros que afectaban de manera directa a la Unión Europea, especialmente por la crisis de los refugiados”.
Pero estas reuniones “no han servido para avanzar en otras cuestiones, ni para solucionar otros temas que están encima de la mesa, como la cooperación regional, o las infraestructuras”, dice Ferrero.
