Así se ha referido el experto a la iniciativa del ministro de Exteriores del país, Paolo Gentiloni, que sugirió a las otras cinco naciones fundadoras de la Unión Europea (Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo y Países Bajos) crear un club aparte del resto de Estados del bloque.
"Es un intento del Gobierno italiano de volver a ser el centro de la política internacional", señaló Marchetti.
Con esta iniciativa, sostuvo, Italia busca tener un papel más importante ya que ha sido apartada parcialmente de los procesos que transcurren a nivel de la UE.
Estos problemas, subrayó, "son aprovechados por los partidos opositores populistas y nacionalistas en su lucha por un lugar en el Gobierno" y citó como ejemplo las elecciones que se celebraron en octubre en Polonia que pusieron fin a los ocho años de gobierno de la Plataforma Cívica y auparon a la derecha nacionalista.
"Ha quedado en el pasado el tiempo en el que los nuevos miembros de la UE de Europa del Este cumplían lo que se acordaba en Berlín o París; ahora se oponen a estas decisiones, ahí tenemos la situación húngara o polaca", remarcó.
"Prácticamente es volver a la idea de una Europa a dos velocidades; la más acelerada será el grupo que integran los seis países fundadores con el euro como moneda común y cierta homogeneidad política a nivel de los partidos gobernantes", señaló.
Cada Estado que quiera adherirse a este grupo, explicó Marchetti, tendrá que decidir qué parte de su soberanía está dispuesta a ceder a la UE.
En los próximos días Roma acogerá una reunión de esos seis países, a instancias del canciller italiano, en la que consensuarán una posición común sobre la inmigración, los temas económicos y las sanciones contra Rusia.
