Es un acuerdo "pésimo", declaró Vangelis Meimarakis en una entrevista a la cadena SKAI. El líder opositor, citado por la agencia Ana-Mpa, también tildó a Tsipras de "hipócrita".
"No son nuestros socios los que le están chantajeando sino es él quien chantajea a nosotros", dijo Meimarakis al aclarar que "sería posibles mejorar muchísimos puntos en el acuerdo si tuviera artículos separados".
El politico indicó que Nueva Democracia intentará elaborar una postura única de cara a la votación del acuerdo en el Parlamento heleno.
"He escuchado propuestas de abstenerse, o votar en contra, o sentar condiciones como la no convocatoria de elecciones, etcétera", señaló el líder opositor al asegurar que no será él quien lo decida
Al mismo tiempo, Meimarakis admitió que el voto en contra del acuerdo llevaría a Grecia a una bancarrota desordenada, moneda nacional, devaluación y recortes salariales.
Otro partido de la oposición, el centrista To Potami, afirmó en un comunicado que "la incertidumbre debe terminar finalmente" y urgió al primer ministro Tsipras a "abandonar la conducta pueril del "no me gusta pero qué le vamos a hacer" y defender el acuerdo que trae".
Los comunistas, entretanto, remarcaron que el tercer memorando debe encontrar en el hemiciclo "la máxima resistencia por parte de los trabajadores y el pueblo".
El nuevo acuerdo, según ellos, "incluye medidas tan brutales y drásticas que ningún otro Gobierno se ha atrevido a proponer en el pasado por miedo a las protestas públicas".
El martes se supo que Grecia y los acreedores internacionales llegaron a un principio de acuerdo sobre el tercer paquete de ayuda financiera.
Atenas espera sellarlo antes del 18 de agosto, para poder transferir el día 20 al Banco Central Europeo 3.200 millones de euros del próximo tramo de rescate.
Si el acuerdo no se llega a firmar, Grecia se verá obligada a solicitar un crédito puente.