Se trata de la mayor indemnización jamás exigida en el país trasalpino en demandas de este tipo, según destaca el diario local La Gazzetta del Mezzogiorno.
La historia, que parece sacada de un culebrón, se remonta al 22 de junio de 1989, cuando en el hospital público de Canosa di Puglia dos mujeres dieron a luz por cesárea casi simultáneamente a sus respectivas hijas.
Por una presunta negligencia médica, las recién nacidas fueron cambiadas y acabaron cada una con una familia que no era la suya.
Ambas niñas tuvieron una vida difícil, según el periódico, una de ellas, Lorena, siempre se sintió como una extraña en su casa y se casó a los 18 años para marcharse del hogar paterno.
A su vez, Antonella, la autora de la demanda, se crió en una familia con graves problemas económicos y desde los primeros días de su vida sufrió desatención.
Tras el divorcio de sus padres, la niña primero vivió con sus abuelos, más tarde ingresó en un hogar para niños y años, y después fue adoptada.
Finalmente, pudo reencontrar a la familia biológica gracias a unos usuarios de Facebook que repararon en el asombroso parecido físico entre Antonella y un joven llamado Francesco, que resultó ser su hermano biológico, según reveló una prueba de ADN.
