"Si lo de Grecia sale mal sería un fracaso histórico, mucho más allá del impacto cualitativo que podría significar Grecia en el conjunto de la UE", alerta el profesor.
"Es un fracaso de toda Europa", insiste el economista, que reconoce que no es la primera vez sin embargo que se producen situaciones de tensión en el proyecto de integración europea.
En los años 70, cuando llegó la crisis del petróleo, "Europa tenía en marcha un proyecto de unión monetaria que abandonó", y en los años 90 también hubo tensiones, recuerda el profesor, cuando el referéndum del tratado de Maastricht, "que se aprobó por los pelos".
En Europa "estamos acostumbrados a vivir en tensión", afirma.
Pero este es un momento especialmente grave "porque la posición de Europa en la economía global se está viendo debilitado estos últimos tiempos".
Tugores admite que España hubiera podido sufrir un efecto contagio en 2012 de la crisis griega, pero lo ocurrido esta mañana en las bolsas españoles "es lo mínimo que se podía esperar".
Para el catedrático, la crisis griega "es más un fracaso político de Europa que un riesgo estrictamente económico" porque "Europa siempre había ido avanzando lentamente, pero avanzando, con fricciones, cayéndose y levantándose", pero ahora se enfrenta a dos amenazas "la salida del Reino Unido, por un lado, y la amenaza de salida de Grecia por otro".
"Es la primera vez que Europa se plantea retroceder en los miembros del club en vez de avanzar", lo que supone "un cambio de ciclo histórico que es peligroso, mucho mas allá de que se dispare la prima de riesgo a 160 ó 170 puntos".
Tugores afirma que las culpas están bastante repartidas: "ha sido un fracaso colectivo de todos los negociadores".
La quita de la deuda "es un ingrediente imprescindible, pero el problema con Grecia es que llueve sobre mojado", porque muchas veces han conseguido reestructuraciones o suavizaciones de la deuda y cada vez han prometido una serie de cosas que después no han hecho.
Lea más: Grecia declarará la suspensión de pagos antes o después, según economista alemán
"Sin duda, una quita de la deuda de una cierta importancia es un ingrediente fundamental de la solución del problema" dice, aunque cree que "no hay ningún punto que sea el punto de discrepancia", sino que "simplemente el tono de las conversaciones no ha sido el adecuado".
El profesor, sin embargo, no descarta una acuerdo in extremis.
"Europa tiene una cierta tradición de llegar acuerdos en el minuto de descuento", aunque en este caso "han llegado un poco más lejos de lo habitual", concluye.