La confirmación de nuevos recortes en el gasto social, lanzada por el líder conservador en un discurso en el norte de Inglaterra, se produce poco después de la masiva manifestación en contra de la política de austeridad, que paralizó el sábado importantes barrios de Londres y otras capitales.
"Pese a la fuerte oposición en las calles a las políticas de austeridad, David Cameron sigue diciendo que su gobierno continúa comprometido con la austeridad y carece de algún plan de crecimiento económico y prosperidad", denunció en el parlamento el diputado Jeremy Corbyn, candidato de la izquierda laborista para hacerse con el liderazgo del partido en las primarias del próximo setiembre.
En el discurso, el primer ministro resaltó su determinación por transformar la sociedad británica de su actual situación de "salarios bajos, impuestos altos y seguridad social alta".
Sobre la mesa están los 16.000 millones de euros en recortes adicionales del gasto en seguridad social, cuyos detalles de los sectores peor afectados dará a conocer el ministro del Tesoro, George Osborne, la primera semana de julio.
Por lo pronto, Cameron recalcó hoy su promesa de respetar las ayudas a pensionistas y los subsidios por hijos y dejó la puerta abierta a profundos tijeretazos en las prestaciones a parados y trabajadores con sueldos insuficientes.
El derecho al subsidio de vivienda y las ayudas a los discapacitados también planean en el objetivo de la nueva oleada de recortes.
El plan de Cameron para reducir el presupuesto en seguridad social coincide con estimaciones del Instituto de Estudios Fiscales (IFS) sobre el crecimiento del nivel de pobreza en Reino Unido tras años de contención durante las administraciones laboristas.
De acuerdo con el reputado IFS, 2,6 millones de niños vivían dentro el umbral de la pobreza en 2014, frente a los 2,3 millones tres años atrás.
Con los laboristas, las estadísticas de pobreza infantil cayeron de 3,4 millones en el periodo 1998-99 a 2,3 millones en 2010, cuando llegó al poder el anterior gobierno de coalición entre conservadores y liberal-demócratas.
Las medidas de austeridad del Ejecutivo 'tory', a las que se oponen las administraciones autonómicas, además de partidos minoritarios en Westminster, tienen como objetivo eliminar el déficit estatal de 125.000 millones de euros para el ejercicio 2017-18.
