La también coeditora del portal Eurasianet opina que "en este momento la UE no puede permitirse" que siga creciendo la tensión en el país balcánico, puesto que "dado el conflicto que hay en Ucrania, junto con la crisis en el Mediterráneo, serían demasiados frentes abiertos en las fronteras de la UE al mismo tiempo".
De acuerdo a la experta, Bruselas debe "intentar seguir utilizando su papel mediador en la región", impulsando un diálogo entre el Gobierno macedonio y la oposición con la "incorporación" de "nuevos actores que procedan de la sociedad civil".
La académica duda que la desestabilización en Macedonia tenga que ver con la postura del Gobierno de ese país que no se sumó a las sanciones contra Rusia y muestra su vivo interés hacia el gasoducto ruso Turk Stream, al que "muchos se oponen en Bruselas y al otro lado del océano", según afirmó hace poco el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
El factor étnico tampoco sería la causa de la crisis en el país balcánico, indicó Ruth Ferrero-Turrión.
Las protestas de la oposición se deben, principalmente, a "una crisis económica muy importante" en el que "está sumido" Macedonia, a la "corrupción" y la supuesta implicación del primer ministro, Nikola Gruevsk, en un caso de escuchas ilegales a políticos, periodistas y líderes religiosos del país, apuntó la investigadora.