El informe, que se publicó este jueves en la revista especializada Lancet, revela que los residentes en el sur de Inglaterra vivirán entre siete y ocho años más que el resto de la población para 2030.
La desigualdad en la esperanza de vida se sentirá también en la capital británica, de acuerdo con las proyecciones del equipo de investigadores de la Escuela de Salud Pública de la citada universidad.
Así, los habitantes del elitista barrio de Kensington y Chelsea morirán unos cinco o seis años más tarde que los residentes en los distritos pobres del este de la capital británica, como Barking, Dagenham y Tower Hamlets.
Según el director de la investigación, el profesor Majid Ezzati, la disparidad entre el norte y el sur de Inglaterra y Gales "es equivalente a la diferencia en la esperanza de vida a nivel nacional entre Reino Unido y Sri Lanka o Vietnam".
La enorme diferencia regional ha sorprendido a los autores del estudio, que la achacan a la ansiedad derivada de la inseguridad laboral, viviendas inadecuadas, falta de recursos para mantener dietas saludables y la extendida pobreza en núcleos urbanos del norte de Inglaterra, sur de Gales y muchos barrios de Londres.
"Nuestras proyecciones significan que los ricos se beneficiarán en mayor medida que los pobres de los servicios sociales y de salud y, por tanto, deberían estar preparados a contribuir a sus costes pagando más impuestos", afirma el profesor Ezzati.
El académico advierte además que se debería prestar atención a "cómo las políticas sociales que afectan a los desfavorecidos económicamente pueden contribuir al crecimiento de la desigualdad en la salud nacional".