Los 9.808.706 griegos que tienen hoy cita con las urnas elegirán entre apoyar la política de severa austeridad, exigida al país a cambio de las ayudas financieras de la troika, o reclamar una relajación de las condiciones de préstamo y la condonación de gran parte de la deuda.
A pocas horas de la votación, las encuestas de intención de voto mostraban un duelo bastante reñido entre las dos formaciones, dando la ventaja de entre tres y cinco puntos de diferencia a la coalición izquierdista.
Ante este panorama, el ganador del bronce electoral se convierte en la pieza clave en el puzzle del nuevo Parlamento griego.
Según los expertos, el tercer mejor resultado será disputado entre el ultraderechista Amanecer Dorado, el partido comunista, el Pasok de Evánguelos Venizelos y el nuevo partido de centro To Potami (El Río).
Privada de la posibilidad de financiarse en el mercado internacional, Grecia podría declarar la suspensión de pagos dejando de atender la deuda externa por 320.000 millones de euros.
En este caso, los compromisos internos pueden obligar al país a salir de la eurozona y a recuperar la moneda nacional, algo muy temido por los socios europeos de Atenas.