"La organización se muestra preocupada por los intentos de mezclar islam con terrorismo y por la creciente islamofobia en la República Checa a raíz del atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo y las declaraciones de Tomio Okamura", dice el comunicado.
A finales del año pasado, el parlamentario checo Okamura exhortó a sus conciudadanos a pasear a cerdos y perros cerca de las mezquitas y boicotear los restaurantes halal, proclamando que "cada kebab es un paso hacia el burka".
El viernes pasado se celebró una manifestación cerca de la residencia presidencial en Praga, cuyas participantes exigieron limitar los derechos de las comunidades musulmanas en el país.
El ministro de Cultura checo, Daniel Herman, declaró que la comunidad musulmana no tendrá los mismos derechos que las representaciones de las otras 21 religiones registradas en la República Checa al menos hasta el 2024.
Actualmente la comunidad musulmana no goza de los mismos derechos que otras religiones porque no publica los informes anuales de su actividad, según Herman.
Por su parte, los embajadores de Estados musulmanes en la República Checa condenaron los atentados en París y criticaron las manifestaciones anti islamistas que se celebraron en Alemania por iniciativa del movimiento Pegida.
"Llegó el momento de cumplir con nuestras obligaciones colectivas y detener la estereotipación y la estigmatización del Islam, las crecientes manifestaciones de islamofobia, los insultos, la discriminación que se pone de relieve en la vinculación del Islam a la violencia y al terrorismo, así como la creciente tendencia a la intolerancia y el acoso con respecto a los musulmanes", señalaron en un comunicado que exhorta a las autoridades checas a entablar un diálogo interreligioso.
