"La época de la dictadura no se cerrará hasta que se resuelva el problema de los muertos en la cuneta", ha advertido este domingo a la audiencia del Instituto Británico del Cine (BFI), en su sede frente al Támesis.
Almodóvar se desplazó a Londres con un doble motivo. ´Mujeres al borde de un ataque de nervios´, su primer gran éxito internacional, ha saltado al teatro Playhouse en un musical que se estrena oficialmente el lunes 12. "Es un increíble tributo a la España de los años ochenta. Es un momento especifico y muy importante para nosotros, la inauguración de la nueva democracia", celebró.
El BFI marcó la ocasión con una proyección de la mítica comedia, en una cinta restaurada y digitalizada, seguida de una conversación con el autor. Y las secuelas de la dictadura centraron, junto con el protagonismo de la mujer en la filmografía del manchego, las cuestiones de la audiencia.
"Yo nací en plena democracia como director", explicó Almodóvar recordando que sus primeros títulos no contienen por expreso deseo ninguna referencia al franquismo. "Mis filmes son una demostración de que la democracia había llegado hasta nosotros", observó.
"Pero, ahora, estoy preocupado con la memoria histórica, con esa parte del franquismo que no ha desaparecido de la vida y sociedad españolas", denunció a sus 65 años.
Almodóvar está decidido a abordar los ecos del franquismo que aún resuenan en España. Quiere contribuir con su cine a reparar a las víctimas de la dictadura que sus familias no han podido dar sepultura, según desveló en la sala principal del BFI.
El realizador busca una "historia relacionada con los ciento y pico mil asesinados que todavía permanecen en alguna zanja donde fueron enterrados".
"Me gustaría hablar de ellos, de sus familias y de las dificultades que hay ahora para que sean reparados", señaló con ira contenida.
Almodóvar ha contribuido personalmente en campañas para defender la memoria histórica. El anterior gobierno socialista introdujo una ley, en diciembre de 2007, que reconoce a todas las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura. Sin embargo, la localización y apertura de las fosas comunes siguen encontrando numerosos obstáculos y la "indiferencia del Estado", según denunció la ONU en un informe el pasado otoño.
