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Una pequeña Siberia en el centro de España: Molina de Aragón, la estrella del frío peninsular

© AP Photo / Alvaro BarrientosTemporal de nieve causante del desbordamiento de ríos en España
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Encuadrada en el llamado 'Triángulo del Frío' con Calamocha y Teruel en sus otros vértices, esta localidad de la provincia de Guadalajara es célebre por registrar crudos inviernos y disfrutar de la posibilidad de dormir con manta en verano mientras el resto del país se asa de calor. De rica arquitectura, muchas de sus casas están reacondicionadas.
Habitual referencia de los partes meteorológicos televisivos en cualquier invierno, durante el paso de la borrasca Filomena y su subsiguiente ola de frío la capital de la comarca del Señorío de Molina-Alto Tajo tampoco podía dejar de ser noticia.
Nada menos que -25,2 ºC de temperatura registró este municipio en la madrugada del 12 de enero, en pleno impacto de los fuertes fríos que asolan buena parte de la península ibérica en la segunda semana del mes. Días antes, durante las copiosas nevadas, el manto blanco realzaba la majestuosidad de sus formas, dominadas por su castillo medieval, el segundo más grande de España. El momento fue captado desde el aire por un fotógrafo local, Miguel Ángel Langa.

El frío y el contraste como identidad

Pero el frío extremo en Molina de Aragón no es anecdótico, sino constante y un marchamo de su identidad. El día 13 de enero su estación meteorológica, emplazada al final del Paseo de la Alameda, a escasos 10 minutos del casco antiguo, volvió a registrar cifras gélidas: -19,9 ºC. Y el 14 el termómetro ha bajado hasta los -20,2 ºC, marcas a primera vista más bien propias de la estepa rusa o incluso de Siberia.
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De 3.233 habitantes y situada a 1.065 metros de altitud sobre el nivel del mar, está enclavada en un área comúnmente conocida como el Triángulo del Frío, una zona en la que Teruel y Calamocha (ambas en la provincia de Teruel) se caracterizan asimismo por tener temperaturas semejantes. Sin ir más lejos, la noche en que este municipio castellano acumuló 25 grados negativos, las aragonesas Calamocha y Teruel marcaron -21,3 ºC y -21 ºC, respectivamente. Pero el frío no es más grande que la historia de esta ciudad, con reyes moros como Abengalbón, personajes a su paso como El Cid, inserta ora en el Reino de Aragón ora en el de Castilla, y que desde 1812 debe su título de "Muy Noble y Muy Leal Ciudad" a las Cortes de Cádiz, las cuales se lo otorgaron en reconocimiento al levantamiento popular contra las tropas napoleónicas invasoras, que incendiaron la ciudad en represalia.
La temperatura récord del municipio son -28 ºC, alcanzados en 1956 y 1963, año este último en que Calamocha marcó nada menos que -32 ºC. "Nos ha sorprendido un poco, porque en los últimos 20 años o así los inviernos venían siendo más llevaderos”, explica a Sputnik Arturo López Arregui, vecino de la localidad y que aún recuerda otra helada semejante a principios de los años 70.
"De hecho, el verano se prolonga y ocupa ya parte del otoño. Pero sigue habiendo unos 120 días al año en que hiela de madrugada", asegura, subrayando la otra característica meteorológica del municipio: los contrastes de temperatura en un mismo día. "Molina tiene un récord en este aspecto, unos 30 grados".
En verano, cuando en el resto de España impera un calor sofocante y se hace difícil conciliar el sueño, no es extraño que en Molina de Aragón la diferencia de temperatura entre el mediodía y la noche rebase la cifra de 20 grados; aunque en julio pueda hacer +35 ºC por el día, el descanso nocturno implica una manta: +12 ºC. Y en otoño tal contraste se amplía.

Una intensidad especial

Los lugareños suelen restar importancia al frío característico de Molina de Aragón, pues normalmente los valores mínimos se dan hacia la madrugada, cuando todo el mundo está recogido en sus hogares, para recuperarse según va avanzando el día.
"Pero esa vez no", señala Arturo López. "El día 12, a las 11 de la mañana, todavía hacía -19 ºC. Es decir, no hubo una recuperación brusca, como cuando hace -8 ºC por la noche y luego por el día subimos hasta +15 ºC o incluso +18 ºC", explica, señalando la acumulación de nieve y hielo como posible causa.
En realidad hay parajes donde puede hacer más frío que en esta ciudad castellana. A 29 de kilómetros de distancia, también en la misma provincia y comarca, el observatorio de Checa-La Vasequilla registró en la madrugada del 12 de enero nada menos que -33,6 ºC, una temperatura de las que asustan. Pero es un lugar deshabitado, en las afueras de la aldea de Checa.

Convivir con los rigores del frío

Al igual que sucede en otras ciudades, los vecinos se arman de paciencia. Tres máquinas quitanieves y una veintena de operarios municipales son los encargados de despejar el colegio, el instituto y la guardería de la ciudad.
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Ya durante el fin de semana del 8 al 10 de enero, el Ayuntamiento pidió a la población abstenerse de salir de sus casas salvo en caso "estrictamente necesario", brindando un servicio de entrega urgente a domicilio de medicinas para las personas que lo necesitaran. Algunas tuberías han reventado, si bien su rotura no ha afectado el suministro de agua a las viviendas. "Sigue ocurriendo, aunque menos que antes", explica Arturo López. "Las de la red de abastecimiento ahora son de politileno, aguantan mucho, pero las derivaciones a las casas suelen ser de cobre, que son las que a veces estallan".
"Las casas aguantan bien", confirma este molinés, que de hecho es arquitecto y ha acometido la restauración de numerosos domicilios en el centro histórico de la ciudad con fondos europeos distribuidos por el Gobierno autonómico de Castilla-La Mancha, para ganar en eficiencia energética. "Reformamos las cubiertas, metiendo hasta cuatro centímetros de poliuretano proyectado, pero se demostró insuficiente, ahora se meten hasta 10 de poliestireno. En mi casa hice cámaras de aislamiento y cambié la carpintería y el acristalamiento, lo que se suele hacer es instalar un aislamiento térmico exterior de capa continua, también con una carpintería que incluye doble lámina de cristal, con lo que se crean tres cámaras de aire".
"Pero todavía hay casas que no reúnen estas condiciones, la arquitectura de aquí no es especialmente diferente a la de otros sitios. De pequeño recuerdo que pasábamos verdadero frío; en la planta baja de mi casa teníamos una tienda y al fondo había una cocinilla de leña, ahí hacíamos vida todo el día. Luego subíamos a dormir a las habitaciones. Era un pasmo, nos echábamos encima varias mantas y calentábamos la cama con bolsas de agua caliente".
Molina de Aragón (Guadalajara) es un sitio precioso e injustamente olvidado. Y sí, es el lugar más frío de España, no puntualmente, si no de continuo.
Similar relato ofrece Conchita Sánchez Serrano, quien nació en Molina de Aragón en diciembre de 1944 una noche en que la temperatura exterior descendió hasta los -24 ºC. "En la cocina teníamos una cocinilla de leña y en el comedor una estufa, también de leña. La casa tenía unos muros de un metro de espesor, decía mi abuelo", declara a Sputnik. Como en todas partes, el hielo es motivo de caídas y esta molinesa recuerda incluso las de su abuela.
"No hacíamos más que darnos 'culetazos', al final lo que hacíamos los niños era sentarnos en el suelo y deslizarnos. Recuerdo que para ir al colegio, Cosme, así se llamaba el barrendero, nos abría paso dando paladas de nieve a izquierda y derecha hasta llegar a clase. Y en las casas de techo bajo del barrio de la Judería, agarrábamos los carámbanos, que les llamábamos 'chorlitos', y los chupábamos como si fueran polos. Luego, claro, teníamos dolor de anginas".
#MolinaDeAragón amaneciendo a - 25,2°C El 12 de enero de 2021 pic.twitter.com/oo2gLE1mLU

A vista de pájaro

En este caso, de dron. “Estaba nevando, hacía solo unos -3 ºC ó -4 ºC, y lo moví poco porque no quería arriesgarme a que cayese sobre ningún tejado”, explica a Sputnik Miguel Ángel Langa, fotógrafo local que grabó desde el aire los bellos efectos de la nevada. Y también a pie de calle.
Es una suerte que la espectacular nevada sobre la ciudad más fría aconteciera a sus ojos, pues es un gran especialista en la técnica videográfica de time lapse, de registro secuencial. Precisamente, Molina de Aragón alberga el Festival Internacional de Time Lapse, el más importante del mundo en su género, y del cual Langa es el director.
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"Es el único de Europa y el primero a nivel mundial", subraya. "Hay otro en EEUU, pero nosotros llevamos más ediciones y participantes. En 2020 se suspendió la VIII edición debido a la pandemia, pero a la de 2019 asistieron más de 1.000 personas venidas de más de 70 países, incluso de Rusia y EEUU", cuenta, explicando que lo que empezó como una simple muestra, acabó en un festival cuya composición del jurado es internacional. "Y repiten", afirma.
"Hace unas semanas una paloma me derribó el aparato. Entonces lo recuperé, pero con la nieve iba a ser mucho más difícil. Así que lo levanté donde había espacio suficiente, no sobre los tejados. No es muy recomendable ponerlo en vuelo cuando nieva, pero la ocasión lo merecía y tengo un seguro de responsabilidad civil", concluye Langa, que también ha enviado sus vídeos a TVE.
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