Así figura en la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que apunta a una reticencia entre la población española a aplicarse las primeras vacunas.
Según el sondeo, más de la mitad de los ciudadanos (un 55,2%) prefiere esperar a ver los efectos secundarios antes de inyectarse las dosis.
En el otro extremo, el 8,4% de los encuestados no está dispuesto en ningún caso a vacunarse.
De los más reticentes al medicamento, un 59,6% cambiaría su opinión y se plantearía vacunarse por recomendación médica o por riesgo a contagiar a familiares.
La encuesta realizada a finales de noviembre revela un gran interés por la vacuna contra el COVID-19 en España, ya que casi el 83% de los españoles afirma mantenerse informado sobre sus avances.
El Gobierno de Pedro Sánchez anunció a finales de noviembre su estrategia de vacunación para terminar con la pandemia, que comenzará en enero de 2021 con la inmunización de los usuarios y personal de residencias de ancianos.
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