El proceso judicial arranca tres años después de los ataques terroristas y se alargará hasta el próximo diciembre, con una veintena de sesiones que verán en el banquillo a los procesados Mohamed Houli Chemlal, Driss Oukabir y Said Ben Iazza.
Sin responsables de las víctimas
Ninguno de ellos será juzgado por las 16 víctimas mortales y los 140 heridos provocados por los actos terroristas, ya que no participaron activamente en la masacre y la Justicia no les considera autores materiales.
Se sabe que Chemlal colaboró directamente con los planes de la célula, ya que fue el único superviviente de la explosión de la casa de Alcanar (Tarragona) donde, durante meses, prepararon una gran cantidad de artefactos explosivos.
El tribunal considera que los tres acusados colaboraron directamente en los planes de la célula yihadista, que fueron frustrados por la explosión de la vivienda donde preparaban una serie de grandes ataques.
El incidente en Alcanar, donde, además, falleció el supuesto líder del grupo, el imán Abdelbaki Es Satty, propició que improvisaran el atropello masivo en la concurrida avenida de La Rambla de Barcelona y el posterior ataque con arma blanca en el paseo marítimo de Cambrils.
Los seis supuestos autores de los hechos murieron abatidos por la Policía esa misma noche o unos días después, en el caso del terrorista de Barcelona.
Discrepancia en las acusaciones
La Fiscalía pide para Chemlal y Oukabir hasta 41 años de cárcel por los delitos de pertenencia a una organización terrorista y tenencia de explosivos, mientras que para Ben Iazza solicitan 8 años de cárcel por colaboración con la célula.
Esta posición contrasta con la de las acusaciones particulares, representadas en su mayoría por familiares de las víctimas y entidades como la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), y el Ayuntamiento de Cambrils.
Las víctimas y familiares reclaman que los supuestos terroristas sean procesados como responsables por los muertos y heridos y piden para ellos la máxima pena privativa que contempla el Código Penal de España, la prisión permanente revisable.
Pese a los distintos criterios, todas las acusaciones coinciden en la existencia de una célula terrorista integrada por jóvenes de entre 17 y 28 años de edad que fueron radicalizados por el líder religioso de su ciudad, Ripoll (Girona), el imán Es Satty.
Quedan por resolver algunas dudas, como los supuestos vínculos del fallecido líder de la célula, que había estado en prisión por tráfico de drogas, con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español.
Otra de las incógnitas gira en torno a las posibles conexiones internacionales de los miembros de la célula, que meses antes de los atentados viajaron a París (Francia) y Bruselas (Bélgica).