En concreto, este estudio apunta a que el 44,3% de los españoles aumentó de peso durante el encierro, la mayoría de ellos (un 73%) entre 1 y 3 kilogramos.
"Este estudio resalta el papel negativo que el confinamiento ha tenido en la salud pública", explicó el presidente de la sociedad, Francisco Tinahones, durante la presentación del estudio.
Este aumento de peso se debe en parte a un mayor uso de alimentos pocos saludables durante el confinamiento. Por ejemplo, los encuestados dicen haber aumentado en un 50% el consumo de bebidas alcohólicas y bollería durante el encierro.
Otro factor que influye en la mala alimentación son las situaciones de estrés o aburrimiento que se produjeron mientras la gente estaba obligada a permanecer en sus casas.
Más de un 40% de los encuestados dice haber tenido más sensación de hambre durante el confinamiento, lo que provocó que un 18% recurrieran de forma habitual al "picoteo" entre horas para alimentarse.
Una de las principales conclusiones de este estudio —realizado con encuestas telefónicas a un millar de personas— es que las variables socioeconómicas tienen un gran peso a la hora de determinar el impacto del confinamiento sobre la salud.
Por ejemplo, es mucho mayor el porcentaje de personas sin ingresos que dice haber subido de peso durante la pandemia (77%) que entre las personas con ingresos superiores a los 2.000 euros (43%).
Lo mismo ocurre con el nivel de actividad física. Solo el 33% de las personas sin ingresos hicieron ejercicio durante el confinamiento —algo en lo que sin duda influye el tamaño de la residencia— mientras que en personas con ingresos de 3.000 a 4.000 euros ese porcentaje aumenta incluso hasta el 71%.
